La electricidad se produce fundamentalmente en las centrales eléctricas. Su misión consiste en transformar cualquier forma de energía primaria (hidráulica, térmica, nuclear, solar, etc.) en energía eléctrica. Dada la facilidad con que se transporta la electricidad, por medio de las líneas eléctricas, la ventaja fundamental que conseguimos con esto es que producimos energía eléctrica en las zonas donde podemos acceder con facilidad a la energía primaria, para luego consumirla en ciudades, empresas o cualquier otro centro de consumo (Figura. 1. 1).
El generador eléctrico, que se utiliza habitualmente en una central eléctrica, se basa en un fenómeno que fue descubierto en 1820, por Faraday. "Cuando se mueve un conductor eléctrico (hilo metálico), en el seno de 1m campo magnético (imán o electroimán) aparece una corriente eléctrica por dicho conductor. Lo mismo ocurre si se mueve el imán y se deja fijo el conductor" (Figura 1.2).
En un generador eléctrico se hacen mover bobinas en sentido giratorio en las proximidades de campos magnéticos producidos por imanes o electroimanes (Figura 1.3)
En las primeras centrales eléctricas el generador producía corriente continua mediante dinamos, lo que impedía el transporte de la energía eléctrica a grandes distancias. Actualmente los generadores eléctricos son alternadores trifásicos. Es decir, generan corriente alterna trifásica. De esta forma, es más fácil transportar la electricidad a grandes distancias.
Los alternadores de las centrales proporcionan la energía eléctrica a una tensión de 10.000 a 20.000 voltios. Una vez producida la electricidad por éstos, hay que transportarla hasta las ciudades, industrias, y todo tipo de centros de consumo que, casi siempre. se encuentran a mucha distancia. El transporte se realiza a través de líneas eléctricas. Como éstas no son perfectas, ya que poseen resistencia eléctrica, se producen grandes pérdidas de energía en forma de calor.
Para reducir estas pérdidas se utilizan líneas de alta tensión (220.000, 380.000 voltios). De esta forma, se disminuye la intensidad de la corriente eléctrica y la electricidad puede recorrer grandes distancias con pocas pérdidas.
El generador produce la energía eléctrica a una tensión de 10.000 a 20.000 v. En la estación transformadora se eleva dicha tensión a 220.000 ó 380.000 v, dependiendo de la cantidad de energía que hay que transportar.
Los aparatos que consiguen elevar la tensión son los transformadores eléctricos. Estos dispositivos solamente funcionan para la corriente alterna.
Las líneas eléctricas de alta tensión transportan la energía eléctrica desde las centrales hasta las proximidades de los centros de consumo. Estas líneas constan de tres conductores eléctricos (por lo general son de aluminio reforzados con acero) sujetos a torres metálicas de celosía y de gran altura. Las altas tensiones son muy peligrosas, por eso cuanto mayor es el valor de la tensión de la línea, mayor altura tienen dichas torres.
Las subestaciones de transformación preparan la energía eléctrica para ser distribuida, en un mayor numero de líneas, hacia los centros de consumo (grandes industrias, pequeñas poblaciones, sectores de una ciudad, etc.). Esto se lleva a cabo con varios transformadores reductores que proporcionan media tensión en su salida. Las líneas de media tensión, que distribuyen la energía por los mencionados centros de consumo, suelen ser subterráneas. De esta manera, se reduce el peligro de las mismas. Por último, se sitúan transformadores reductores cerca de los consumidores y se lleva a cabo la última reducción de la tensión, suministrando 230 o 400 voltios (baja tensión). Estas tensiones son ya mucho menos peligrosas para las personas que utilizan la electricidad.