La tecnología SLA está basada en torno a resinas fotosensibles líquidas que pueden curarse (solidificarse) mediante luz ultravioleta (UV). Las impresoras 3D SLA tienen una plataforma que se mueve una vez que una capa se ha solidificado para crear espacio para la nueva capa que se adherirá a la anterior. Comparada con las impresoras FFF, las piezas tiene mucho más detalle, sin embargo, la impresión tarda normalmente más tiempo y el volumen de impresión es menor. Estas impresoras son especialmente adecuadas para industrias como la joyería o la medicina. Las piezas impresas tienen superficies suaves, mucho detalle y las capas son prácticamente invisibles a simple vista – especialmente comparado con impresoras FFF. El principal inconveniente de esta tecnología puede ser la menor superficie de impresión y la toxicidad de las resinas líquidas. Deberías evitar que estas resinas toquen tu piel y evita respirar sus vapores.
Sin embargo, con las impresoras SLA, las cosas no terminan al final de la impresión. Las piezas impresas no son adecuadas para usar al final de la impresión, ya que tienden a ser blandas y pringosas – debido a los restos de resina sin solidificar en la superficie de la pieza. Es recomendable lavar la pieza en alcohol isopropílico y curarla algo más de tiempo usando luz UV. Todo esto se debería hacer usando guantes de protección. Afortunadamente, hay máquinas que se pueden encargar de hacer ambas cosas automáticamente. La unidad de Lavado y Curado (CW1) es una accesorio de nuestra Original Prusa SL1, que puede hacer todo esto simple y rápidamente.
Hay tres tipos básicos de impresoras SLA. Se diferencian en los métodos de exposición. Incluso aunque pueden parecer similares, la calidad de impresión puede variar mucho.